
Se acaba de dar a conocer el estudio de un equipo de investigadores alemanes sobre el éxito de una especie de mariquita invasora, que está causando estragos en Estados Unidos y en toda Europa. Se trata de la mariquita asiática, una especie que fue traida de forma "inocente" como miembro de la guerra biológica (o ecológica) para controlar las plagas de áfidos en los invernaderos. Pero por contrapartida ha ocurrido lo inesperado: su número ha aumentado drásticamente, conviertiéndose ella misma en una plaga y demostrando una vez más que la introducción de especies foráneas (que no pertenecen a su ecosistema) es un grave peligro no sólo para el medio natural, sino para los humanos.
El éxito de esta mariquita (la Harmonia axyridis) radica en su fluido corporal, que contiene un parásito tóxico para otros insectos, menos para ella, obviamente. El trabajo, publicado en la revista Science y que se centra en esta mariquita que puede devorar más de doscientos pulgones al día, desvela que el sistema biológico de la mariquita "extranjera" le ofrece una ventaja sin precedentes para competir y triunfar sobre las especies nativas.
El fluido corporal del insecto contiene un potente antibiótico llamado harmonine, así como diversos péptidos antimicrobianos. Esto permite que sea más resistente que sus congéneres locales. Este antibiótico se ha demostrado ser tan potente y eficaz, que actualmente se encuentran investigando su uso con fines farmacéuticos, para sustituir a los antibióticos actuales.
Pero lo más extraño y llamativo es que estos insectos poseen unos pequeños hongos, llamados microsporidios, en su sangre, en la cual están inactivos "de una forma que se desconoce", dice uno de los autores del estudio, el Dr. Heiko Vogel, del Max Planck Institute for Chemical Ecology. Cuando los huevos de estas mariquitas sufren un ataque por algún invasor, el hongo se activa y mata a sus depredadores.
El peligro de estas mariquitas asiáticas es tan grande que en países como el Reino Unido se han lanzado aplicaciones para los smartphones, de manera que los ciudadanos puedan identificarlas y matarlas. Pero, según los expertos, al ritmo de desplazamiento actual de las mariquitas locales, las especies autóctonas tienen "los días contados". El Dr. Vogel explica que "no hay una forma humanamente posible de detenerlas", ya que, además, pueden sobrevivir en zonas mucho más amplias que las mariquitas autóctonas, e incluso, si el alimento escasea, alimentarse de otros vegetales, como las uvas, por lo que el remedio inicial para la lucha contra el pulgón se ha convertido en la peor enfermedad.
Se han dado casos de que algunos de estos animales, con sus potentes sustancias químicas, han llegado a adulterar el vino, y se habla de que uno sólo puede adulterarlo, haciéndolo un producto de mal gusto o de muy baja calidad.
| Redacción: Revista Misterio